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domingo, 30 de diciembre de 2018

La Tortulia Nº 13

Hoy 18:00 hs

Fritz Haber: la amoralidad de la ciencia

Los occidentales somos muy bipolares, o algo es bueno o es malo, los grises no existen y rara vez vemos en lo desagradable lo hermoso, o en lo bueno los defectos. La ciencia moderna no es inherentemente buena o mala, y en esta condición poco definida desafía nuestra conformidad con esa dualidad bien-mal todo el tiempo. 

El representante más interesante de este aspecto es Fritz Haber, que nos muestra que los átomos poco interés tienen en el bien o el mal.

Haber desarrolló un proceso químico que le permitió 
ser el responsable de que el 60% de nuestra comida exista, pero además le permitió desatar uno de los horrores modernos más terribles: la guerra química. 

Padre de la guerra química en la primera guerra mundial, se volvió el chico poster del científico loco alemán prototípico.

Es un científico. Es un criminal de guerra. Ayudó a inventar el gas que mató en los campos de concentración. 

Y la humanidad se alimenta gracias a él. La historia de Haber es uno de esos viajes a los rincones oscuros de la humanidad. 

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